terça-feira, 29 de janeiro de 2019

O medo global

 



O medo global
Os que trabalham têm medo de perder o trabalho.
Os que não trabalham têm medo de nunca encontrar trabalho.
Quem não tem medo à fome, tem medo da comida.
Os automobilistas têm medo de conduzir e os peões têm medo de serem atropelados.
A democracia tem medo de recordar e a linguagem tem medo de dizer.
Os civis têm medo dos militares, os militares têm medo da falta de armas, as armas têm medo da falta de guerras.
É o tempo do medo.
Medo da mulher à violência da fome e medo do homem da mulher sem medo.
Medo aos ladrões, medo à polícia.
Medo à porta sem fechadura, ao tempo sem relógio, à criança sem televisão, medo à noite sem comprimidos para dormir e medo do dia sem comprimidos para acordar.
Medo à multidão, medo à solidão, medo do que foi e do que pode ser, medo de morrer, medo de viver.
Eduardo Galeano

Palabras de Al Capone

Al principio del libro se exponen unas palabras de Al Capone, uno de los mafiosos más famosos de toda la Historia de Estados Unidos: "Hoy en día, ya la gente no respeta nada. Antes, poniamos en un pedestal la virtud, el honor, la verdad y la ley... La corrupción campea en la vida americana actual. Donde no se obedece otra ley, la corrupción es la única ley. La corrupción está minando este país. La virtud, el honor y la ley se han esfumado de nuestras vidas".

Según Galeano "la economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado. Los organismos internacionales que controlan la moneda, el comercio y el crédito practican el terrorismo contra los países pobres, y contra los pobres de todos los países, con una frialdad profesional y una impunidad que humillan al mejor de los tirabombas.
Los pistoleros que se alquilan para matar realizan, en plan minorista, la misma tarea que cumplen, en gran escala, los generales condecorados por crímenes que se elevan a la categoría de glorias militares. Los violadores que más ferozmente violan la naturaleza y los derechos humanos, jamás van presos. Ellos tienen las llaves de las cárceles.
En el mundo tal cual es, mundo al revés, los países que custodian la paz universal son los que más armas fabrican y los que más armas venden a los demás países; los bancos más prestigiosos son los que más narcodólares lavan y los que más dinero robado guardan; las industrias más exitosas son las que más envenenan el planeta; y la salvación del medio ambiente es el más brillante negocio de las empresas que lo aniquilan. Son dignos de impunidad y felicitación quienes matan la mayor cantidad de gente en el menor tiempo, quienes ganan la mayor cantidad de dinero con el menor trabajo y quienes exterminan la mayor cantidad de naturaleza al menor costo."
Eduardo Galeano, en este libro, critica la ligereza y el partidismo con el que se usa el término "libertad de comercio". Por ejemplo, Inglaterra, Holanda y Francia ejercían la piratería, en nombre de la libertad de comercio, mediante los buenos oficios de sir Francis Drake, Henry Morgan, Piet Heyn, François Lolonois y otros neoliberales de la época. Otro ejemplo: Cuando los Estados Unidos se independizaron de Inglaterra, lo primero que hicieron fue prohibir la libertad de comercio y las telas norteamericanas, más caras y más feas que las telas inglesas, se hicieron obligatorias después, sin embargo, los Estados Unidos enarbolaron la libertad de comercio para obligar a muchos países latinoamericanos al consumo de sus mercancías. También, los soldados británicos impusieron el consumo de opio en China, a cañonazos, ya que la reina Victoria fue, además la mayor traficante de drogas del siglo XIX, convirtiendo al opio como la mercancía más valiosa del comercio imperial.
Contra la hipocresía de los países ricos también arremete, especialmente contra los grandes vendedores de armas, principalmente "Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Rusia.
En la lista, algunos lugares más atrás también figura China. Y estos son, casualmente, los cinco países que tienen derecho de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. O sea: la paz mundial está en manos de las cinco potencias que explotan el gran negocio de la guerra: Los países que más armas venden al mundo son los mismos países que tienen a su cargo la paz mundial. La industria de las armas, venta de muerte, exportación de violencia, trabaja y prospera.
El mundo ofrece mercados firmes y en alza, mientras la siembra universal de la injusticia continúa dando buenas cosechas y crecen la delincuencia y la drogadicción, la agitación social y el odio nacional, regional, local y personal."
Al final del último epígrafe que cierra el libro, el autor, nos invita a darle la vuelta al mundo:
"Si el mundo está, como ahora está, patas arriba, ¿no habría que darlo vuelta, para que pueda pararse sobre sus pies?"
Eduardo Galeano
 

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